Esta herramienta ayuda a las compañías a identificar oportunidades sobre nuevos productos y servicios y acorta el tiempo para maximizar las ganancias.
Cada vez más firmas incorporan la Inteligencia Artificial (IA) dentro de su estrategia de negocios. La expresión fue acuñada en 1956 por John McCarthy, un profesor de la Universidad de Stanford, para referirse a la disciplina informática que crea sistemas capaces de aprender y razonar como un ser humano. El uso de estas herramientas impacta en cómo compran los clientes y en la forma en la que se vende.
Los algoritmos de recomendación, ubicación y asociación son los influenciadores de compra detrás de escena, y es parte de lo que hace a la IA un instrumento útil para potenciar las ventas.
Entre otras acciones, con la IA se pueden crear modelos predictivos que brinden más información sobre el comportamiento de los clientes, las tendencias del mercado y las oportunidades de ventas, en función de datos, algoritmos y aprendizaje automático para anticipar resultados basados en patrones históricos.
Estas herramientas pueden resultar útiles para las firmas de retail, al habilitar en sus plataformas funciones de búsqueda y sugerencias de compra, más, si se toma en cuenta que, desde que comenzó la pandemia, aumentó el tiempo de navegación en sitios de comercio electrónico 17%, y las búsquedas crecieron 39%.
“Las organizaciones buscan convertir la información en un activo estratégico. Algunas posibilidades para una empresa son trabajar en la recomendación de productos, predecir la probabilidad de abandono o morosidad de un cliente, predecir el total de ingresos que generará cada cliente en un tiempo determinado, analizar sus características de comportamiento para definir el precio óptimo de un producto o incluso obtener segmentos automáticos”, comparte Fredi Vivas, CEO de RockingData.
Máquinas y humanos
“El poder de vender se está alejando del individuo y se está acercando a las máquinas que ahora pueden prospectar, hacer seguimiento, presentar y proponer sin intervención humana”, asegura Victor Antonio, autor del libro Sales ex machina: how artificial intelligence is changing the world of selling. “En algunos casos, la máquina anulará las funciones de ventas, mientras que en otros cambiará el foco de atención hacia el ciclo de ventas”.
De hecho, de acuerdo a un estudio desarrollado por McKinsey acerca de por qué algunos equipos de ventas Business to Business (B2B) superan a otros, se determinó que “aquellos que estén dispuestos a cambiar sus modelos de ventas y adoptar las capacidades de la próxima generación están aumentando los ingresos al doble de la tasa del PBI”. Según esta investigación, la toma de decisiones basada en datos se puede traducir en un incremento del 2% al 5% en las ventas.
¿Por dónde empezar? Para aprovechar la IA en las ventas hay que filtrar océanos de datos y las técnicas de big data pueden ayudar a examinar la información. Tras asegurarse de que los datos están estructurados e interconectados, puede usar el aprendizaje automático y la IA para revelar tendencias y resaltar oportunidades.
El aprendizaje automático de la IA ayuda a recopilar datos sobre clientes en función de sus hábitos de compra. Sus algoritmos están registrando preferencias y haciendo referencias cruzadas.
Un ejemplo es lo que hacen los motores de recomendación utilizados en sitios como Amazon y Netflix. Sus algoritmos analizan datos, incluido el comportamiento de navegación, las interacciones con los clientes, las compras previas y las de otros clientes que comparten ciertas características. Esta información se utiliza para recomendar productos y contenidos.
Una potente disparadora de ventas
Los equipos de ventas que adoptaron la IA incrementaron la cantidad de reuniones con clientes potenciales en cerca de 50%, según la investigación de McKinsey.
Esta tecnología puede automatizar actividades de ventas, procesarlas, tomar pedidos de productos y preparar contratos. Los vendedores que trabajan con IA dedican un 40% menos de tiempo a esas labores, concluyen desde McKinsey.
Una de las soluciones de IA más utilizadas son los chatbots, los sistemas de conversación, cuyo objetivo es dar un servicio igual al de un empleado en cualquier comunicación con clientes. Se pueden utilizar en canales como los chat-web, redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea o apps corporativas.
Los chatbots se pueden programar para responder preguntas básicas sobre productos y servicios, brindar soporte y servicio al cliente, realizar ventas cruzadas y adicionales, y realizar consultas directas a empleados humanos en servicio al cliente.
El aprendizaje automático y la IA se denominan la Cuarta Revolución Industrial. En los próximos años este desarrollo cambiará la forma en que trabajan los humanos. “Esto no quiere decir que los algoritmos vayan a reemplazar a las personas en la toma de decisión. La IA complementa el trabajo humano, como pasamos de la libreta al CRM, como dejamos de a poco de hacer cuentas complejas en un cuaderno y comenzamos a hacerlas en una calculadora, los humanos tendremos que aprender cosas nuevas, pero no dejaremos de ser protagonistas”, concluye Vivas.